Kevin y Heliza están hablando de la comida.
HÉLIZA:- Pues a mí me sabe Rico
KEVIN:- A mermelada
HÉLIZA:- ¿Mermelada?
KEVIN:- Mermelada cocinada
HÉLIZA:- Estás majareta
Por otro lado Virginia y Ángelov del trabajo.
ÁNGELOV:- Creo que deberías mandarle una carta
VIRGINIA:- No es para tanto
ÁNGELOV:- De aviso, no lo está haciendo bien, y necesitamos que lo sepa, perdemos capital
VIRGINIA:- No le hará mucha gracia
ÁNGELOV:- Debería darte igual, la gracia que le hiciese
Y por último Bruce está hablando con Yássira Sánchez.
YÁSSIRA:- La verdad es que no está mal, ha entrado una pareja nueva, son franceses, y lo hacen genial, nos aportan lo que se lleva fuera de aquí
BRUCE:- Pero viven en la ciudad
YÁSSIRA:- Sí, y se van a presentar para ser elegidos en el nuevo programa, esto es como un aperitivo para ellos
BRUCE:- Yo tendría un poco de envidia
YÁSSIRA:- (Se ríe coquetamente) Ni que lo digas. Pero no pasa nada

Éstos tres diálogos se están dando simultáneamente, lo que hace que sea un poco animado y a la vez desconcertante ese momento por estar todos juntos a la vez hablando)
YÁSSIRA:- … Ah, por cierto papá. Te he dejado el sobre con las ganancias en la mesa de tu despacho para que lo apuntes en la contabilidad.
VIRGINIA:- Y luego no la riñas
ÁNGELOV:- De acuerdo hija. Las calles se respiran bien ¿no? (Es una forma de hablar que tienen ellos)
YÁSSIRA:- Sí, movedizas, corre el ambiente
ÁNGELOV:- ¿No viene a recogerte Clara hoy para salir?
YÁSSIRA:- Ahm, la verdad es que no, tiene cena con el marido, alomejor el viernes que viene
VIRGINIA:- Pero, no necesitas a Clara para salir
ÁNGELOV:- Sí sales, te los llevas (Yássira, Bruce, Héliza y Kevin se levantan rápidamente para empezar a prepararse) Pero antes, termináis de comer
VIRGINIA:- Y elije, ir después de cenar y volver a las 21:00, o salir después de las noticias
YÁSSIRA:- Después de las noticias mejor (los jóvenes están todos comiendo deprisa)
VIRGINIA:- Como alguno se atragante no va, tanta prisa, tanta prisa. Hay que ver qué ganas tenéis de dejarnos
HÉLIZA:- Oh mamá, ya sabes que no
VIRGINIA:- Que ya bonita
ÁNGELOV:- ¿Qué vais a hacer en la calle? ¿Eh?
KEVIN:- ¡Nos llevamos las bicis!
HÉLIZA:- ¡Sí! Y vamos detrás de casa, jugaremos en el césped
KEVIN:- Y contaremos historias de terror
VIRGINIA:- De terror no, que luego el niño no puede dormir
YÁSSIRA:- Mamá, no seas aguafiestas, si se entera poco
KEVIN:- Me entero de todo
HÉLIZA:- Di que no, además luego le contamos un cuento para dormir y ya está. (Un sonido les detiene a todos, detiene todos los movimientos, como si algo les hubiese hecho paralizarse, provenían de la Iglesia, que estaba a un poco más de 2 kms de la casa de los Şmith, pero se hacía notar en todo el pueblo en su esplendorosa amplitud).
HÉLIZA:- Las nueve
Se levantan todos, Ángelov coge a Virginia de la mano y se van al salón, se sientan todos en un sillón alargado clásico de terciopelo rojo oscuro con estampados dorados.
Todos están muy atentos, como maravillados, caídos en un embrujo que roba su atención, excepto los dos muchachos que llevan en secreto una relación, que se ponen el uno al lado del otro a drede, y entrelazan sus pies.

Después de las noticias en la radio, Yássira, Héliza y Kevin Sánchez se van junto al pequeño Bruce con las bicicletas, se dan al campo ajardinado que nace detrás de la casa de los Sánchez y se expande hasta límites grandiosos, después se tumbaron en el césped y ahí en la noche alumbrados por una luna menguante, Bruce le coge a Héliza de la mano entrelazando sus dedos, disimuladamente.
Empiezan a contar chistes de la gente del pueblo, a hacer chistes.
Héliza-: Tenemos que dejar de hacer esto, no está bien meterse con la gente.
Kevin-: Pero si nos caen muy bien, no es para mal.
Después de un rato haciendo eso, van a buscar diez piedrecitas para cada uno, van en orden, se trata de tirar una piedra al aire, bajar la mano hasta el suelo para coger otra y subir la mano para coger la que se tira al aire anteriormente. Evidentemente hay que ser muy rápido, y así se tiene que ir sumando las piedras que se tiran y se recogen sin que caiga al suelo, en la misma mano.
Suele no funcionar y se caen las piedras, etc, en ese caso, le toca a la siguiente persona y gana el que sea capaz de tirarlas todas y recogerlas todas en la misma mano sin que se caigan; todas las que tiene cada uno lo antes posible, el primero que pueda hacerlo gana.

En la casa de los Sánchez, Ángel Sánchez ha puesto a Chopin, su mujer Virginia está sentada al lado suyo firmando una carta a un trabajador del banco que pertenece a su marido.
Ángel pone su mano en el hombro izquierdo de su mujer, la que le mira y se besan, se sonríen y se dan un piquito.


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