Cortos De Tinta: Otoño, Otra Vez Otoño (2)

Ella después de lavarse los dientes, y finalmente ponerse la camiseta y una chaqueta vaquera, se va a su trabajo en su Alfa Romeo.


Rubbie llega a su trabajo después de pasar casi una hora en transporte público, ficha y se sienta en su escritorio.

Lo primero que hace era un seguimiento de sus páginas webs, leer la popularidad que han tenido en sus discotecas, es mucho a leer, y a las 11 de la mañana les toca desayunar.


En el desayuno se junta con su amigo, el muchacho que le ayudó con la mudanza.

En el fondo Rubbie odia que se encuentre en esa situación, su amigo no está pasando por un
buen momento, y sabiendo lo que ha pasado duda de que se recupere de un golpe como aquél. Le conoce demasiado bien.


Su amigo, es casi igual de alto que él, tiene media melena que amenaza siempre con rizarse castaña, su barbita de tres días bien perfilada de siempre ha perdido definición, está ojeroso, parece cualquier persona menos él.


Es más mayor que él, y siempre han sido compañeros de risas, incluso en los momentos más duros, su amigo es el típico chico que quiere aparentar que lo tiene todo bajo control,
que es un superficial materialista, y un jugador desafiante ante la vida, tanto está metido en ese papel, que muchas veces Rubbie tiene que recordarle que no es así, que eso
solo es un papel, muchas veces tiene que rescatarle.


Pero es un buen chico, y le fastidia esa situación no sólo porque apenas ríe, se ha recluido y no quiere saber nada de su vida de antes, sino porque esta vez Rubbie no sabe cómo rescatarle, y lo peor no sabe si esta vez es capaz de ayudarle si quiera, en ese aspecto Rubbie se siente completamente confuso, perdido y desorientado.


Se sientan juntos en el comedor, empiezan a hablar de las sesiones anteriores, los cotilleos que se cuentan entre camareras, entre los porteros, los bailarines, etc, etc, etc.


Después cogen un periódico y empiezan a hablar primero de deportes, después de apuestas y por último, hacen pequeñas
gracias de la sección de programas de televisión. Su desayuno dura cuarenta y cinco minutos.

Cuando vuelve a su escritorio, abre la carpeta de la programación de las salas de discotecas, visiona los flyyers, y comienza a redactar las notas para cada sesión.


Tiene que realizar una nota informativa mordaz, un subtítulo, o una especie de sinopsis, entretenido para el tipo de publico que tiene cada sala y cada sesión, de todas y cada una de las discotecas, de los días, y de las sesiones, sin olvidarse de los pinchadiscos. Sabe que eso le llevará el resto de la mañana.


En eso está cuando su amigo se presenta frente a él.


AMIGO
Oye, lo siento tío, no te he
preguntado, qué tal ayer


RUBIE
Ouhm, bien, mejor de lo que me
esperaba, no hubo ningún incendio


AMIGO
Ni tuvisteis que llevar a nadie al
hospital


RUBIE
No, para que veas


AMIGO
Qué tal mamá Row


RUBIE
Está bien, preocupada por tí, ya lo
sabes, te echa de menos.


AMIGO
Ya


RUBIE
¿Quieres que la diga algo?


AMIGO
No, no, ahm, ¿qué tal tú? En tu
nueva casa ¿vas bien?


RUBIE
Sí, me gusta, creo que es el sitio
definitivo, no quiero moverme de
esa habitación


AMIGO
Me alegro, oye, ¿al final vas a
hacerlo?

RUBIE
El qué


AMIGO
Lo del fin de semana


RUBIE
(Se lo piensa por un instante) No,
creo que al final no. De todas
formas, no ibas a venir ¿o sí?


AMIGO
No, no marees, no iba a ir.


RUBIE
Ya, creo que mejor me iré de fiesta
por ahí

Para Rubbie es increíble, a su amigo se le ve tan apagado, tan carente de motivación, como si está deambulando continuamente, sin ningún rumbo, aunque aparente que sí, esta vez hasta los demás lo notan. Su amigo no está bien.


Su amigo le da un par de golpes tranquilos en su escritorio y se va, justo cuando le suena el teléfono de mesa a Rubbie.


RUBIE
Dime


CHICA
Linea 1 extensión 4


RUBIE
No, si no es del trabajo, no lo
cojo, no me fastidies, quién carajo
es


CHICA
Tu madre (Rubbie suspira, pulsa la
linea uno, conecta en el ordenador
con la extensión cuatro, y ahi
está, la inconfundible voz de su
madre)


RUBIE
Madre


MADRE
Hola, hijo, tranquilo, tengo el
hacha de guerra enterrada.

RUBIE
Ahá. Que bien (con desgana)


MADRE
Solo quería volver a felicitarte
por tu decisión, es una casa
estupenda


RUBIE
Mmmjuumm


MADRE
Decirte que estoy muy orgullosa de
tí, que me lo pasé muy bien


RUBIE
Gracias mamá, me alegro


MADRE
Y que voy a intentar no inmiscuirme
tanto


RUBIE
En serio, mamá, no te esfuerces, no
lo vas a conseguir, yo lo tengo
asumido. Pero gracias por el
esfuerzo.


MADRE
Hijo


RUBIE
(Empieza del tirón) Tengo que
llamar a los relaciones públicas de
a pie y a los contactos vip para
asegurar los clientes fijos para
cada sesión


MADRE
Hijo


RUBIE
Y eso me llevará hasta la hora de
la salida.


MADRE
Rub hijo


RUBIE
Tengo que convencerles, y eso no
siempre es posible, además de que
tengo que leer las propuestas del
resto de Marketing para las
próximas campañas, a ver que han
hecho los editores, los diseñadores
gráficos, y los analistas de las
páginas webs, a ver si hay algo que
tienen que cambiar


MADRE
Rub


RUBIE
Es mi trabajo, te puede sonar a
nada, pero en realidad lleva su
tiempo calificar ¿sabes? (no ha
parado, lo ha recitado como una
cantinela a pesar de que ha estado
escuchando a su madre. Pero como
siempre, se calla, suspira) ¿Si
mamá?


MADRE
¿Qué tal has amanecido?


RUBIE
Bien


MADRE
¿Has dormido bien?


RUBIE
Si mamá


MADRE
¿Has desayunado bien?


RUBIE
Sí, bastante bien


MADRE
¿Y ella?


RUBIE
Oh, no, mamá, lo sabía, lo sabía,
sabía que no podrías quedarte al
márgen


MADRE
Hijo


RUBIE
¿Porque siento constantemente la
sensación de que tengo la misma
conversación contigo cada vez que
hablamos? (Se calla, vuelve a
suspirar) ¿Sí mamá?


MADRE
No la habrás molestado ¿verdad? ¿Ha
dormido bien? ¿Se ha levantado
bien? ¿Os habéis visto esta mañana?
¿Habéis hablado ya?


RUBIE
No, sí, creo que sí, sí, depende de
lo que entiendas por hablar


MADRE
Oh, hijo, que bien, cómo me alegro,
es bueno empezar con buen pie con
los compañeros de piso


RUBIE
Mamá, voy a colgar
MADRE
Y de qué habéis hablado
RUBIE
(La madre sigue haciendo preguntas:
_ ¿Ya la conocías? ¿De dónde la has
sacado? ¿Sabías que iba a ser tu
compañera de piso? No lo planearías
¿no? (Pero él, apenas la escucha y
ni mucho menos la responde) Te voy
a colgar mamá, te estoy colgando,
un beso, te quiero, voy a colgar,
cuelgo mamá, cuelgo. Colgué (Y
cuelga. Se lleva las manos a la
cara con los ojos cerrados,
suspira).


No puede evitarlo, vuelve a recordar, a esa mujer, esa vez lleva unas medias de red negras, unas medias normales con formas grises, una camiseta ajustada hasta los muslos marrón
oscura y un chaleco, en la que antes era su casa, la de él, aquella vez tampoco está sola, nunca está sola, va acompañada por más chicas, están todas en su casa, la muchacha en cuestión se ha quitado los botines, y se ha acurrucado en el sillón más grande con una manta, embutida porque está muerta de frío, comiéndose una sopa, unas costillas, unos canelones y un vaso de leche, a las siete de la mañana.

Ésta vez tiene una extraña sensación. Mueve la cabeza como quitándose los recuerdos de ella. Y se pone a trabajar, se concentra tanto en el trabajo que se asusta cuando su compañero con un golpe a su mesa aparece.


AMIGO
Eh, dejalo ya, ya vale por hoy


RUBIE
Qué


AMIGO
Es la hora, de irse Rubbie


RUBIE
¿En serio? ¿Qué? (mira el reloj,
las tres de la tarde) Es verdad


AMIGO
Estás en babia


RUBIE
No, ya, (empieza a apagar el
ordenador)


AMIGO
¿Vamos?


RUBIE
¿Irnos?


AMIGO
Hay que ir a fichar, niño, ehy


RUBIE
Sí, (dice levantándose y cogiendo
su chaqueta)


AMIGO
Oye, ¿te parece si me paso luego
por tu casa, y hacemos algo?


RUBIE
(El corazón le da un pinchacito.
Fue bastante rotundo) No. (Están
andando de camino a salir de las
oficinas)


AMIGO
No sé, había pensado que podíamos
estrenar la consola

RUBIE
Como que te estoy viendo muy
animado ¿no?


AMIGO
Eh, no fastidies, lo llevo lo mejor
que puedo. Estoy en ello ¿vale?


RUBIE
(Suspira, pero no se relaja) Es que
estamos de reformas


AMIGO
¿Reformas? Pero si llevas un día,
¿qué has roto ya?


RUBIE
No, es solo que no funciona y van a
empezar con reformas. Mejor,
quedamos fuera o en tu casa
AMIGO
No, en mi casa no


RUBIE
(Se da cuenta del error tan absurdo
que acaba de cometer) Oh, lo siento
tío, perdona, no lo he pensado, no
quería


AMIGO
Tranquilo, no pasa nada


RUBIE
No me acordaba, no, no quería decir
eso, claro que me acuerdo, quiero
decir que no eres el único que lo
tiene presente siempre, lo siento


AMIGO
¿Estás bien Rub?


RUBIE
Es, solo que tú no lo estás.
Quedamos luego ¿vale? Yo te aviso


Esa es la primera vez que Rubbie se reconoce a sí mismo que tiene un problema. Un gran problema.

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