Empezaron a escuchar el contínuo movimiento normal y matinal de todas las mañanas que indica que tienen que separarse, lo que les apena pero por poco tiempo.
Las clases empezaron, son clases en casa, en la misma casa, impartida por profesores especializados que viven en las numerosas habitaciones que hay en esa casa.
También están los sirvientes y los criados que se encargan del arreglo y mantenimiento de la casa. Kevin tiene a dos personas en particular, una que le enseña a hablar y a escribir, y otra que le limpia y le cambiaba los pañales.
El caso es que Héliza Sánchez y Bruce tienen horas en común pero por la condición de ser varón y hembra, y además varón y hembra de alto nivel social se les imparte clases especiales.
En cosas que se han convertido culturalmente en conceptos propios de varones y conceptos propios de hembras.
Por lo que por parte de ella da ballet, canto, el arte de tejer, cocinar, pintar y mantener una casa en condiciones óptimas de habitabilidad, limpieza, higiene y decoro, en lo que entra la decoración y por supuesto las reglas básicas de la cría de un retoño, sobre todo cuando es un bebé.
Sin embargo a él le tocan las ciencias puras, para que sea un hombre de negocios, desde las matemáticas hasta la cinematografía, pasando por economía, biología, física, geología, química, contabilidad, administración de empresas, incluso astrología, antropología, paleontología (todo lo que se tenía en ese momento por ciencia y se podía enseñar) incluso pasando también por la pintura, cosas de primer nivel, el nivel básico, aunque en el caso del arte fueran bocetos, caricaturas, retratos…
Todo el mundo sabe la fijación de Héliza tiene con los «rollos» en blanco y negro, y es obvio que Bruce la proporciona la información necesaria para saber del manejo de todo eso.
En las primeras semanas de la relación, el poco tiempo que se ven lo aprovechan. Resulta que terminan las clases a la 13:30, él se va a la casa de al lado, que es donde vive pasando más tiempo con Virginia que es la que se hace cargo de él, en lo referente a todo, así que ésta nunca para en su propia casa.
Héliza, a la 13:30 se va a la ducha, puede tardar como mucho hasta las 14:00 que es la hora de comer, las 15:00 son una hora santa, sagrada porque todos tienen que ver las noticias, y a las 16:00 Héliza sube a hacer los deberes hasta las 17:00 que es cuando ya puede salir a la calle para regresar a las 19:00 que tienen que estar en una de las dos casas (ya que a las 17:00 Bruce ya la esperaba para que se fueran), y a las 20:30 tienen que volverse a separar (él se va a su casa), cenaban en media hora, por eso las 21:00 también son sagradas por las noticias y Héliza se acuesta las 23:00 arropada por sus padres y sus hermanos.

Esas son las normas de la casa Sánchez, no es que se hayan impuesto obligatoriamente, sino que desde un principio se empezó a actuar así y les resultó cotidiano y adecuado para ellos, sin que les molestara hasta convertirse ya en normas, que a nadie le interesa desobedecer ni nada por el estilo.
Éstas y otras cosas como que Virginia vive prácticamente en la casa de al lado, casi siempre come ahí porque se tiene que encargar de la comida de Bruce, se va a trabajar, y no vuelve hasta las seis de la tarde dejándole el turno en la tienda a su hija Yássira Sánchez que cierra hasta el final de horario.
Todos los días menos los viernes que Bruce come, merienda y cena, los sábados sí que es así y los domingos es Angellov el que se pasa el tiempo con Bruce.
El caso es que cuando ésta relación amorosa empieza, en las clases que tienen en común siempre tienen las manos acariciándose ocultamente, en las que no, se dejan notitas de poemas, poesías y cosas bonitas, halagos escritos, a las 17:00 van a divertirse al parque, montan en bici o se retan a carreras corriendo, esa parte no había cambiado, pero a las 19:00 es cuando tienen su tiempo en casa, están unos minutos acariciándose, (los brazos, la cara, el pelo, el estómago) y haciéndose reír el uno al otro, después se atreven a estar unos minutos besándose y entonces ya en posiciones no acarameladas hablan del día, de lo que han dado y aprendido en las clases, de cosas curiosas que han pasado en las dos casas; de la próxima película en blanco y negro de Héliza, y donde él pinta.
Hay algo muy especial en ese momento del día, se respira complicidad, confianza, sinceridad, comunicación y sobre todo cariño, mucho cariño; aunque no se estén dando mimos, se huele en el aire, y en la merienda como se la preparan ellos, juegan con la comida pero al final sin darse cuenta acababan dándose de comer el uno al otro, hablando.
Son las 20:30 y ya están todos en la mesa del comedor, incluidos Virginia y Bruce, ya que se trata de un viernes acalorado, por eso tienen las ventanas abiertas y las cortinas corridas, oyendo el ajetreo de la calle, y cuando a veces pasa alguien.
Se oye mucho jolgorio, se escuchan más personas de las que hay esa noche en la cena, como suele ocurrir todos los viernes, se respira familia.

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