A.R.G.O

CAPÍTULO 1: LA TORMENTA (PARTE 2)

Bienvenides todis una vez más a éste análisis de obras inéditas. Hoy vamos a comenzar directamente sumergidos en la acción, justo por donde nos habíamos quedado la última vez.

Vamos a intentar no destripar demasiado de lo que ocurre.

A pesar de escribir párrafos largos el autor consigue atrapar al espectador en el argumento.

Incluso, con el uso de metáforas y analogías por el descubrimiento de un nuevo ser por parte de los dos personajes más jóvenes, tal vez más inocentes, y en muy poco tiempo.

La agilidad en los momentos de acción y la dinámica con herramientas audiovisuales de la descripción de los personajes, hace de la lectura de ésta novela casi como si uno estuviera leyendo poesía. Hay mucha fluidez y suavidad en el tratamiento de las palabras.

A éste autor se le da muy bien la presentación de personajes, que es la primera vez que aparece un personaje a escena, la primera vez que el espectador lo ve o el lector lo lee, llámese como se quiera llamar.

El caso es que tiene que estar contado de una manera que impacte y sea atractivo sin que se pierda la información vital necesaria para la trama, la que va a servir para mover la historia.

Y todo ésto es sólo lo que hemos sacado al principio de la historia, que nuestros pequeños héroes acaban de descubrir la existencia de «algo». Aún estamos ahí.

El autor transmite sensaciones dando dimensionalidad a las acciones, a la vez que otorga a los pensamientos la solidez necesaria para que los personajes no pierdan forma, sino que seamos conscientes de cómo ésta, precisamente, se transforma, con los paralelismos utilizados en las acciones.

Aquí descubrimos a la vez que los personajes conductores nuevas habilidades que surgen del instinto de supervivencia y de preservación de la especie.

Hay momentos en los que los conductores se vuelven meros espectadores de su propia vida, ya que no son los protagonistas de sus propias historias aunque todo se cuente a través de sus perspectivas.

Éste efecto es muy difícil de conseguir para nosotros la mayoría de los mortales que sencillamente escribimos.

¿Cómo se consigue el subtexto en una novela? Pues ahí lo tenéis.

Por eso nunca será lo mismo alguien que escribe que un escritor. A buen entendedor…

Pero bueno, volvamos a esta novela. Rodrigo, sin saber cómo, entiende un lenguaje que nunca ha aprendido ni escuchado.

Y de repente aquí el autor nos saca de un momento cumbre de la trama, para dejarnos con la intriga de saber qué les depara a éstos dos y sobre todo queriendo saber porqué a Rodrigo le resulta todo tan familiar y a la vez tan extraño.

Sarah sin embargo es otra cosa, guiada por su intuición y haciendo todo lo posible por evitar tal vez lo inevitable, se reencuentra una vez más con su pasado; ése pasado que no sabe si temer, si alegrarse o si olvidar para siempre.

Aunque está a punto de descubrir que no puede hacer eso, al menos de momento.

El autor nos hace centrar nuestra atención en la acción que acontece frente a nuestras narices y en unos elementos, mientras que con hábiles técnicas narrativas cuál Jedi realmente nos deja en el inconsciente la verdad; que lo que ve tu imaginación en primer plano no es sólo lo importante (es algo conductual, un mero medio), que hay asuntos de mucho más valor bajo la superficie.

No sólo los protagonistas no son de los que realmente nos está hablando el autor, sino que la historia, su significado, van más allá de lo que nos está presentando.

Todo ésto, claro, entre líneas. Obvio.

Lo bueno, es que no hay que esmerarse mucho en comprender, porque con su magia te implanta los conceptos en el cerebro, como si de Inception esto se tratara, plantando la semilla y haciendo de esa intuición… ésos instintos…, ésos sueños… y ésos recuerdos…, tuyos.

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