Dedicado a Djenevah.
Madrid, 03:30 de la madrugada.
Una discoteca, en el reservado, uno de ellos, una chica de 17 años, lleva puestos unos pantalones cortos vaqueros bastante indecorosos, indecentes que prácticamente dejan al aire el trasero y una camiseta de tirantes ajustada, de un color claro chillón, y que es de los que dejan la tripa al aire, un top.
Lleva unos zancos de zuecos muy altos, va pintada con colores muy chillones (amarillos y blancos), y el pelo suelto, largo y lacio.
Fuma cachimba y está medio bailando, visiblemente en estado de embriaguez, hasta que un chico vestido con camisa de manga larga y pantalones chinos se le acerca.
“Oye” dice el chico, “No tienes buena cara, deberíamos irnos ya a casa”.
El chico la intenta coger con timidez y respeto por el codo y la espalda, ella se suelta con brusquedad, y se aleja un poco.
“Suelta” dice ella; “Pero” intenta convencerla honradamente el chico.
“Ameuris, piérdete”.
El chico, Ameuris, resignado pero enfadado coge sus cosas del reservado y se va.

De camino a la salida de la discoteca otra chica le intercepta.
Ésta otra chica es alta, esbelta, de huesos anchos, delgada con una figura sana, lleva unos pantalones de traje anchos pesqueros, a la moda, y una blusa de media manga, su pelo negro abundante y ondulado en una coleta alta, tiene ojos enormes, almendrados, de gata y mofletes.
“¿Ya nos vamos?” dice ella; “No” responde Ameuris, “Yo me voy”.
Ameuris quiere volver a coger rumbo e irse de ahí, ésta chica le coge del brazo con cuidado, le mira de forma seria.
Él suspira, con respeto, mirando al suelo. “Estoy cansado, nos vemos mañana. Creo que hoy, se ha pasado con algo, no me preguntes con qué, yo no entiendo de esas cosas”.
La chica asiente.
«A las 18:30, acuérdate», dice la chica, le suelta
despacio.
Ésta chica va donde la primera chica
la encuentra tambaleándose con Ios ojos cerrados, y un hombre bastante mayor sobándola; ese hombre tiene una pastilla que da a la primera chica y ésta se la va a meter en la boca ella sola cuando la segunda chica se la
quita de las manos.
‘Oye, tú, de qué.. (dice la primera chica, se detiene, la mira bien, sonríe) «iLara!…» exclama la
primera chica, «Estás guapísima, y enfadada, qué pasa»;
«Que nos vamos» dice Lara llevándosela de ahí, cogiendo el resto de sus cosas con la otra mano y mirando mal al hombre mayor.
«Pero yo no quiero irme» dice la chica.
«¿Ah no? ¿iY qué quieres hacer? ¿Ah?», replica Lara.
La primera chica va a hablar pero le dan arcadas.
Se van las dos al baño corriendo como pueden.
Llegan por los pelos a un inodoro y la primera
chica vomita, mientras Lara la sujeta el pelo
como puede, había soltado todas las cosas en ese suelo.
Cuando la chica termina de vomitar «¿Te has tomado más pastillas de esas?», la dice Lara conciliadora.
«No» (se miran) «Que no, te lo juro», Lara la ayuda a levantarse y a ir al lavabo.
«No jures, no jures. ¿Y con el chico ése?»
Lara la está ayudando a echarse agua en la cara, mientras la primera chica se enjuaga la boca.
«Qué chico» (Hace un gesto de que se acaba de acordar) «Nada, ya sabes que me estoy reservando para Jesús » (se parte de risa ella sola).
En todo ése tiempo la chica habla arrastrando las palabras, sin vocalizar.
«Vale, vámonos a casa» dice Lara, ayudándola a ponerse de pie, derecha,
«No, yo me quedo» sigue la chica,
«Si, ya, pero qué dices» dice Lara que la agarra un poco fuerte del brazo, forcejean, sin querer por un empujón Lara acaba en el suelo dándose un buen golpe.
La primera chica hace el intento como un acto reflejo para ayudarla pero ella misma recula, no hace nada para ayudarla ni nada, no se mueve.
Finalmente la chica se yergue mostrándose vencedora impertérrita. Lara se levanta, la primera chica abre la boca queriendo decir algo para finalmente cerrarla.
Lara recoge sus cosas y se larga. La primera chica se lleva las manos a la cabeza, se echa agua en la cara, coge papel y se seca la cara, se arregla los pelos, el peinado y sale con un poco de dificultad del baño. Se va otra vez al reservado.
Ésta vez otro señor se la acerca desde atrás restregándose con ella y con una copa en la mano que pone en la boca de ella y la chica bebe conforme.
Al poco tiempo, ése señor se pone a besarla y a meterla mano. En ello está cuando ella reconoce a alguien entre la multitud, al fondo de la discoteca hay un joven, que no se mueve, la está mirando con enfado, parece desentonar con el ambiente general.
Ella al reconocerle, se quita instintivamente al hombre de encima, baja la cabeza, se coloca los pelos para que la cubran la cara y quiere taparse la zona del pecho, hasta intenta hacer que los pantalones sean más largos.
El joven del fondo va directo a ella, la coge de la mano y la saca de ahí.
Una vez en la calle, «¿Quién te ha avisado? (Dice la chica. Al ver que siguen avanzando y que él no responde, ella se suelta).
«Que quién te ha», pero la chica no puede continuar hablando ya que el joven la interrumpe.
«Para su desgracia aún tienes amigos de verdad. Lara jamás te dejaría sola» contesta el joven.
«La buena de Lara, espera, ¿porqué no te la tiras ya de una vez? ¿Eh, Jesusín?».
El joven, Jesús se detiene, la mira como si hubiera dicho algo inaceptable e indebido.
«Ya que yo no soy de tu estilo» sigue la chica, ‘Ya que no te importo una mierda».
«Lo siento, es que estás tan borracha que no entiendo lo que dices» responde él neutro.
Jesús va a seguir caminando, ella le coge del brazo, le da la vuelta para que se miren y le da un beso en la boca. Él ni se inmuta.
«¿Ya has terminado?», Le dice él cuando ella se despega.
Ella asiente avergonzada, «Eres menor de edad Djeneve» prosigue él igual de neutro.
La chica, Djeneve, le dice «Pero, no es eso ¿verdad?» dice sin mirarle a la cara.
«Sube al coche» (ella va a decir algo, pero él la interrumpe) «Me niego a tener ésta conversación contigo, así» .
Y él se monta en la parte del conductor del coche. «Estás aquí por que te lo han pedido. No por mí».
Ella se mete en el coche, en la parte del copiloto.
Mirando al lado contrario de donde está él. «Ni siquiera me has felicitado por mi cumple».
Se quedan en silencio, enseguida ella se queda dormida. «Feliz cumpleaños» dice Jesús en voz muy baja.


Deja un comentario