UNO
-Esta noche (dijo Raymond Kentack) Quédate conmigo. (Con esa habilidad que le caracteriza de sentir cada movimiento de ella).

El 26 de Febrero, al final de clases, cuando ILenia Duska se iba a ir a su casa, lleva un vestido de algodón hasta los pies y una chaqueta larga negra, un moño alto y un sombrero de copa ancha.
Hacía sol y nada de frio, Ilenia Duska iba acompañada de unos compañeros, cuando ya se despidió de ellos, al ir a cruzar una calle, escucha unos pasos contundentes hacia ella.
-Hola Ilenia
-¡Belia! Hola ¿Qué haces aqui?
-Querida, pensé que yo lo podía saber antes que él, se supone que a mí me lo tienes que hacer saber antes. Una cosa, que no te preocupes, no me extraña que lo hayas hecho, en fin
-¿De qué hablas?
Era una mujer tan alta como Duska, tenía el pelo largo negro como el azabache, ojos grandes negros como la pez, una cara angelical pero terrenal a la vez.
Llevaba el pelo en una coleta alta , cabello que la llegaba hasta la mitad de la espalda, los ojos pintados con una linea negra marcada, eran ojos de gata, tenia unas facciones que llamaban la atencion, que impactaban.
-Cariño, lo sé todo. Ésta mañana, vino pusilánime que quería hablar conmigo urgentemente. Y me lo contó, yo me esperaba que fuese alguien de tu edad, pero también es comprensible. No te preocupes (la cogió del brazo) tu secreto está a salvo conmigo.
-¿Tomamos un café?
-Tomemos un café, té para tí, mujer de infusiones (se ríen).
Belia llevaba unos pantalones negros de rayas grises y una camisa en gris de tirántes de rayas negras y una corbata negra.
Están en la cafetería e Ilenia Duska está removiendo su té.
– Cariño ya sabes cómo es, yo estoy aquí porque se supone que debías estar en contacto conmigo y no lo has estado. Podías, si necesitabas un hombro, ya sabes.
– Lo siento.
– Claro, has estado tan mal. Me imagino lo mal que lo estabas pasando. No es fácil llevar el sentir otras cosas por otras personas, tú tan enamorada, pero escúchame no te sientas mal, no se te puede reprochar, tú no puedes evitar lo que sientes, cuando esas cosas pasan, pasan y ya está, no tienes la culpa. Pobrecica mía, no te ahogues en un vaso de agua ¿me oyes? (Ilenia Duska se sienta, como confesoras. Esa mujer tenía una cara estructurada suavemente y geometrizada, una cara muy magnética, era más delgada, fina que Ilenia Duska y tiene un brillo facial exhuberante, tenía mucha viveza y luz facial) Sí además, es de entender que no termines de ser feliz con Ray, todos sabemos que es un hombre de lo más difícil y que cuesta más que otros, ya me entiendes. ( Le acarició las manos en señal de apoyo).
Su nombre era Debelia Amada nació un 21 de febrero hace veinticinco años, se crió entre dieciocho personas.
Desde su infancia fue muy hábil en pensamiento y de ideas antagonistas a las organizadas, la gustaba nada explicaciones y actuar de forma in hospital e insospechada pero que se entendiese de alguna extraña manera, y conserva esa peculiaridad hasta ahora.
En su casa siempre hizo las tareas del hogar pero cuando lo veía oportuno, como quería, y nunca la podian reprochar nada porque contestaba con una verdad aplastante.
Siempre fue la rebelde y la impulsiva, y pese a los intentos de su madre, nunca la pudieron domar.
Con esa fuerza interior a los 12 años, se sabía muchísima información de Historia en prácticamente todas sus áreas, ámbitos y se sabía mayormente las épocas clásicas; hija de la aristocracia siempre vivió rodeada de todo lo que quiso, pero, para desgracia de sus padres, nunca quiso cosas regaladas.
Las aceptaba si ella había tenido algo que ver para merecerlas, si ella misma había hecho un esfuerzo.
A los 16 años empezó a ir con su padre a todas las expediciones de la agencia arqueológica de su padre, éste es el fundador de una de las mayores empresas históricas-arqueológica de, como dice la expresión, «desde el principio de los tiempos», heredada hace más de 3 generaciones familiares; éste señor tiene sitiadas agencias enteras de investigación por todo el mundo, 2 de las universidades más prestigiosas son suyas de dónde salen todos los genios reconocidos, también le aporta ganancias tener 4 museos, es «el que mueve el cotarro», y se suele encargar personalmente de la elección de personal y se encarga de contratar a un montón de gente que trabaja para él en todas las agencias repartidas por el mundo, y que por todo éso y más el padre de Debelia Amada tiene suma considerable y además posee el mayor banco del estado y de ahí su creciente caudal que hará pasar junto a tierras y apellido a sus descendientes.
A éste señor se le conoce más por su terreno en el arte, pues ocupa un gran sector en el que todavía ejerce.

Su hija empezó a ir con él a dichas expediciones para contrariar a su madre, y porque nunca le gustó estudiar de forma convencional, siempre estuvo en contra de esa clase de educación para la crema aristocrática, igual que siempre estuvo en contra del modo de vida elevado cliché.
Y a las 21 años empezó a trabajar en la empresa de su padre porque no quiso casarse con alguien elegido.
Era una cosa insólita, pero ocurrió, una mujer trabajando fuera de lugar y en un trabajo como ése, en realidad se metió ahí por huir de la boda, no era una persona que hubiese querido trabajar ahí por ser aplicada ni como meta, era muy dada al revoloteo general característico de su vida.
Su padre la metió ahí porque no quería ver la casada con dicho sujeto mencionado antes, y todos creían que era una locura, lo peor que podía haber hecho y que ésa decisión de contratarla hundiría esa parte del negocio.
Pero una vez ahí, demostró impecablemente que valía para ese trabajo, además la gustaba, no es que fuese de las que solo vivía para el trabajo, al contrario era un torbellino con miles de aficiones de ocio al día, pero era y es de las más aplicadas, es lista y sabe hacer su trabajo, es casi como si hubiera nacido para ese trabajo, y nadie podría reprocharla jamás una negligencia, ni se la podía echar en cara que tuviera ese puesto por su padre.
DOS
Debelia Amada conoció a Raymond Kentack con 20 años cuando la mandaron convencerle para que entrase a trabajar en la empresa, ella llevaba las negociaciones para que Kentack dejara de ir por libre, no lo consiguió pero a cambio consiguió llevarse muy bien con el matrimonio Kentack.
Para ella se trata de una de las únicas personas de la «aristocracia podrida» como les denomina que puede aguantar, comprender y divertirse con ellos, porque les ve humildes y con ganas de ayudar a todos sean o no del mismo estrato social que ellos.
Ella y Raymond siempre intentaron que ella, Debelia Amada, fuese la mejor amiga de Ilenia Duska.
Debelia Amada se supone que es la única persona a saber por todos, por la alta sociedad, que debe ser la mejor amiga de Ilenia Duska, no es que se llevasen mal ni nada por el estilo, al contrario siempre se han llevado bien, pero Ilenia Duska siempre han sido muy vergonzosa, muy conservadora, introvertida, no lo hacía aposta pero realmente unidas lo que se dice unidas nunca estuvieron, aunque Nas Duska siempre ha tenido en mente que se supone que tiene que contar con ella, como se espera en esa sociedad, lo cree de verdad.
Ilenia Duska aún sin querer siempre estuvo muy alejada de ella en cuanto a relación, cuando estaban juntas puedes disfrutaban de la mutua compañía, siempre disfrutan de la mutua compañía, de las conversaciones, sobre todo en las que se metían con el carácter de Raymond Kentack, pero por ejemplo a la hora de ir a algún sitio Nas Duska no piensa nunca en ella, se sigue creyendo sola y sin gente con quien divertirse y hacer cosas sin su marido, Nas Duska nunca la llama para contarla los secretos típicos entre mujeres amigas, Debelia Amada no sabe más de Ilenia Duska que cualquiera y eso siempre la ha dolido.
Para Duska, Debelia Amada es la mujer perfecta, una envidia sin mala saña, siempre se adueña de ella cuando se encuentran.
Con ese carácter vital, Debelia Amada es una mujer inteligente, como la gustaría ser a ella, indomable, cómo le gustaría ser; es una mujer independiente, no tiene que dar explicaciones a nadie, libre, como la gustaría ser a Ilenia Duska; hace lo que quiere, como lo quiere, cuando quiere y por qué lo quiere, y además lo hace sin que le parezca mal a nadie, sin que se forme un dilema público de chismorreos, aunque no sea lo que se supone que debe hacer una mujer; siempre ha sido como no deben ser las mujeres «bien miradas», salvo que su caso, eso no la convertirá en una «mal vista» como se hace con todas las demás que no siguen unos criterios específicos de comportamiento, sino que logra no enfadar ni llevarse mal con nadie.
Es capaz de tomar sus propias decisiones, tiene el mundo a sus pies, puede conseguir todo, como la gustaría a Duska.
En definitiva Debelia Amada es todo lo que Ilenia Duska quiso ser siempre, por eso la admira, la respeta y toma bastante en cuenta sus consejos y opiniones.
Es de la generación de mujeres independientes nuevas, si no se está casada en vez de permanecer en la casa patriarcal y vivir de sus progenitores, tiene su propia casa, en la que vive sola y ella misma se da de comer, en vez de tener criados o algo parecido como algunas de las consideradas independientes (que realmente se llevan a todos los criados y todo tipo de materiales de la casa patriarcal), ella no tiene el séquito de «esclavos» como los denomina y no se llevó nada de la casa familiar, salvo algunas cosas, algunas ropas que regaló enseguida en cuanto pudo.
No es que Debelia Amada se llevase mal con sus padres; con su madre siempre se llevó contrariada por la sencilla razón de que la madre quería educarla como la sociedad establecía y ella nunca se convirtió en eso, eran muy diferentes y nunca se entendieron.
Con su padre tampoco se llevaba bien, de pequeña hasta los 10 años siempre se llevó bien con él, incluso tiene recuerdos de dormir en su regazo, de sentarse con él cuando el padre estaba en el escritorio de uno de los despachos-bibliotrcas de la casa y la explicaba lo que estaba haciendo; Y aunque no entendía muy bien y casi nunca de lo que hablaba siempre estuvo atenta y algunas cosas sí que las aprendió.
Luego, con el paso de los años Debelia Amada dejó de verle tan a menudo, o eso la pareció, Y fue ella la que simplemente no tenía trato de confidencialidad con su padre, dejó de tener una verdadera relación padre hija en toda regla, la única relación que tenía en la actualidad era de grandes y muy buenos profesionales.
TRES
-¿Cómo le has visto? ¿Cómo está?
-Pues, hija, como cabe esperar, ya sabes que te adora con locura, pero él no es de soluciones drásticas. Está bien, lo lleva, es un paso moral muy importante para el, conlleva muchas cosas, pero es lo que tiene tanto el tiempo como las personas, que algo cambian. Pero eso sí, está como si fuera mi abuelo de viejo y como si tuviese diez años de delgado, es increíble. Claro, me llega casi llorando, el pobre tenía que contárselo a alguien, y ya sabes que conmigo siempre podéis contar, además, querida ya sé que no nos vemos ni nos reunimos mucho últimamente pero como hemos estado los dos en Siria hemos tenido tiempo para contarnos nuestras vidas, y en fin, figúrate. Ahy, (le acaricia el pelo) pobrecica mía, qué dilema querida, pero me duele mucho ¿eh? Primero me ignoras con los preparativos de la boda y ahora no me cuentas esto.
-Ahy, Belia, cuánto lo siento, de verdad, pero ya me conoces.
-Si, querida, ya sé que te tienen que sacar las cosas a punta de pistola, que es una relación de 5 años algo deberíamos haber avanzado ¿no crees?
-Cambiaré, lo prometo (Ilenia Duska siempre la había visto como la hermana pequeña, pero más grande como persona)
-Por cierto, (tocándole por el costado para conseguir efectivamente hacerle cosquillas) Me tienes que enseñar al muchacho, que yo lo vea, menudo afortunado está hecho
-¡Belia!
-¿Qué? Tengo que verle y si yo te digo que es para hacerle favores…. (ésto último picarona y sugerentemente) te apoyo y ayudo para que puedas estar con él, y sólo con él.
-Por dios Belia, no bromees con esas cosas ¿quieres?
-Perdón querida(le da un beso en la frente) Tranquila, lo importante es que ya no estás con el crío y que has elegido a Ray ¿no?
-Claro
-Porque estás segura de que es con Ray con quien quieres y vas a estar ¿no?
-Sí, por supuesto [estuvo a punto de preguntarla si era Ray quien la había dicho que viniese a cerciorarse de eso, pero luego se lo quitó de la cabeza. Ray no sabía de ésa visita, Debelia Amada tiene la costumbre de aparecer por sorpresa, siempre que le da la gana, y también porque si así fuese Raymond Kentack estaría allí, aunque sean temas de ésa índole tiene la manía de tratar diplomáticamente las cosas, con testigos de por medio, por eso de la democracia y la imparcialidad de los puntos de vista] Y, bueno, tú no te escapas, ya que estás aquí
-Cambiamos de tema ¿no?
-Sí, cuéntame ¿Qué tal tu vida en todo éste tiempo que no nos hemos tratado?
– ¿ Desde que no nos tratamos? Querida, no me hables así ¿Quieres? No soy tan elitista. (Se ríen)

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