Cortos de Tinta: Muñeca

1.-CASA LAURA.SALON.INT/EXT.DIA.
LAURA

¿Por qué me mientes?
LAURA (15) y SANDRA (15)están en el salón de casa de la primera. Sentadas en el sofá, visten ropa de calle y conversan en tono serio.
La segunda tiene la mirada fija en el suelo.
SANDRA
No te miento.
LAURA
Y, ¿por qué no me miras?
SANDRA mira por primera vez a LAURA. Intenta parecer relajada, pero no lo hace de forma muy convincente.
SANDRA
Mira, está todo bien, ¿vale? No te rayes.
LAURA
Si una amiga lo está pasando mal, por supuesto que me rayo.
SANDRA
Me afecta a mí, y solo a mí.
LAURA
No. ¿Y tus padres? ¿Se lo has dicho a ellos?
SANDRA guarda un silencio elocuente. Se levanta del sofá, y va caminando hasta la ventana. Se queda mirando a través de esta, de espaldas a la otra chica.
SANDRA
¿Se lo has dicho a alguien?
LAURA
No. Eso debes hacerlo tú.
SANDRA
Ya sabes que con mi madre no se puede hablar. Se pone histérica.
LAURA
Pues habla con tu padre. O conmigo.
SANDRA
No es tan fácil.
LAURA
Entonces, ¿vas a seguir igual? ¿Yendo a vomitar cada vez que comas algo? ¿Apartándote con asco la comida del plato?
Dándose la vuelta, SANDRA vuelve a mirar a su amiga pero no dice nada.
LAURA
¿Hasta dónde quieres llegar?
SANDRA
No lo sé. A lo mejor hasta mirarme en un espejo y no ver una línea debajo de mis pechos que sobresale. O hasta no sentir que mi culo son dos globos que no puedo disimular con un pantalón.
Al escuchar estas palabras, LAURA se queda un momento en silencio, pensativa. Su rostro transmite que le afecta lo que acaba de oír.
Finalmente, se levanta y camina hasta la otra. Coge a esta de la barbilla, y hace que la mire a la cara.
LAURA
Tú no tienes nada de todo eso.
SANDRA
Para tí es fácil decirlo. La gente te mira y no les das asco.
LAURA
¿Alguien te ha dicho que le das asco?
SANDRA
No hace falta que lo digan.
LAURA
¿Por qué te empeñas en decidir lo que los demás piensan de tí?
SANDRA guarda silencio. Está concentrada, intentando decidir sus siguientes palabras.
SANDRA
Mierda, se me ha olvidado lo que venía ahora.
Sobre una mesita en el salón está el guión de una obra de teatro que las dos amigas están ensayando. SANDRA va a repasarlo mientras LAURA mira su móvil.
La actitud de SANDRA es mucho más relajada ahora que está fuera de personaje. LAURA, en cambio, sigue mostrándose silenciosa y pensativa.
SANDRA
Oye, tía, perdona. Me he atascado ya tres veces en el mismo sitio.
LAURA
Tranquila.
SANDRA
(Mirando la hora en su reloj)
¿Picamos algo?
2.-CASA LAURA.SALON/pasillo.INT/EXT.DIA.
Sobre la mesita hay ahora dos latas de refresco abiertas y una bolsa de aperitivos. Las dos chicas van comiendo y bebiendo mientras conversan.
LAURA come de manera mucho más abundante que su amiga.
SANDRA
Menos mal que tu madre se ha enrollado y nos ha dejado ensayar aquí.
LAURA
Pues sí.

SANDRA coge el texto de la mesita, y lo hojea hasta llegar a la parte donde estaban.
SANDRA
Tía, lo haces de puta madre, en serio.
LAURA
Anda ya, exagerada.
SANDRA
Que sí. Y yo como el culo, voy a hacer el ridículo.
SANDRA termina de beberse su refresco, y observa a su amiga mientras come.
SANDRA
Hay hambre, ¿eh?
LAURA
(Poniéndose de pie bruscamente)
Voy al baño un momento. Vengo ahora, ¿vale? Estudiate el texto mientras.
SANDRA
(Sorprendida)
Vale.

LAURA sale del salón. Su amiga se queda sola leyendo el quión.
Mueve los labios mientras intenta recitarlo de memoria, primero mirando y luego sin mirar. Se equivoca un par de veces, y se golpea con los papeles en la cabeza enfadada.
Se escucha un sonido. Mira hacia el pasillo, de donde este ha venido. Por un momento, se queda escuchando con expectación. Pero no oye nada más.
El sonido era parecido a un vómito.
SANDRA se pone otra vez junto a la ventana. Sin mirar el texto, recita en silencio. Ahora sí, logra memorizarlo sin fallos.
LAURA regresa al salón.
SANDRA
Tía, ¿retomamos desde lo de «no hace falta que lo digan´´?
LAURA
Vale.
SANDRA deja el guión sobre la mesita.Retomando la posición que tenía en el ensayo anterior, permanece unos momentos en silencio para concentrarse y meterse en el personaje.
Finalmente, toma la palabra.
SANDRA
No hace falta que lo digan.
LAURA
(Caminando hasta ponerse junto a ella)
¿Por qué te empeñas en decidir lo que los demás piensan de tí?
SANDRA
No es solo lo que ellos piensan. Es lo que yo pienso.
LAURA
Y, ¿qué es lo que piensas?
SANDRA(Tras una pausa)
Me doy asco.
LAURA
Si tú no te valoras, nadie lo hará.
SANDRA
Es fácil decir eso. La autoestima y todo ese rollo. Pero no puedes aislarte del entorno. Y si este hace mucha presión, puede joderte la vida.
LAURA
¿Por qué no has hablado con nadie si lo estabas pasando tan mal? ¿Por qué te lo has guardado para tí?
A medida que habla, el tono de voz de LAURA se vuelve más enérgico. Su amiga se muestra sorprendida por la vehemencia que emplea, pero no se sale de personaje.
LAURA
¿Por qué has sido tan tonta y tan egoísta de creer que podías con todo?
SANDRA
Porque es más fácil fingir que estás bien que pedir ayuda.
SANDRA vuelve a sentarse en el sofá, y dice el resto de su texto de espaldas. Aunque no puede verla, su amiga va interiorizando cada una de sus palabras.
Cuando termina, está al borde del llanto.
SANDRA
Es más fácil ir a clase, caminar, enterrarlo todo tras una falsa sonrisa. Mirarte desde fuera y pensar: esa no soy yo. Como una muñeca a la que mueven unos hilos.
LAURA se sienta junto a ella en el sofá, y le coge la mano.
LAURA
Yo estoy aquí. ¿Por qué no me pides ayuda?
SANDRA
No sé cómo hacerlo.
LAURA
Empieza con una palabra. La más fácil de todas.
SANDRA
¿Cuál?
LAURA
Ayúdame.
Al decir esto último, LAURA se derrumba y abraza a su amiga. Esta se muestra sorprendida ante su reacción, pero finalmente le devuelve el abrazo.
Las dos se quedan en el sofá, abrazadas, mientras LAURA se desahoga llorando.

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