Cortos de tinta: Sweet Endora Hopes.

Los amigos que salieron a la calle, a comprar.

La tienda de comida basura está cruzando las instalaciones eléctricas, pasando el cuartel, cruzando la calle, a tres tiendas, subiendo de la tienda de ropa de ‘Roman’s.

Es uno de los pocos establecimientos a los que dejan entrar.

Por todas partes se ven establecimientos destrozados, casas asaltadas, piedras y escombros, toda clase de instrumentos lanzados, aún hay disparos de gases lacrimógenos.

Hay que resguardarse y esconderse para que las bandas enemigas a la tuya no te hagan vete tú a saber qué por ser hijo de tal persona, de otro barrio o del bando enemigo.

Derek: Hace tiempo que quería hablar contigo.

Mickie: Sí, lo sé, y también me imagino de qué (detienen su caminar, un grupo de quince o veinte chicos ‘unos Hoods del Norte’ se han topado con ellos, están pasando lento mirando a Derek y a Michael con miradas llenas de odio).

Michael y Derek se quedan paralizados pero sin bajar la mirada, y ese grupo al final desvían sus miradas y su atención de ellos dos, pasan sigue adelante.

Derek y Michael, se quedan quietos unos segundos y prosiguen andando también para su camino.

Mickie: Tengo una idea, escucha: lisa.

Derek: ¿Lisa? ¿Qué lisa? La hija del alcalde.

Mickie: Necesita un tío como nosotros.

Derek: Y con eso qué.

Michael: Haremos como que la secuestramos, y le pediremos al Presi algunas reformas en el barrio.

Derek: ¿Secuestrarla?

Mickie: No, a ver, tú te la camelas, luego le explicas la situación, y ella le dirá a su padre que la tenemos secuestrada y que a cambio de ella haga la reformas que nosotros digamos.

Derek: Te pillo pero.

Mike: No me dirás que con lo que hemos pasado, no lo ves con buen ojo.

Derek: No, no es eso, me refiero a que ¿por qué crees que va a acceder y, porque yo?

Mickie: A tí se te dan mejor las mujeres, siempre las consigues y lo otro (llegan a la tienda) pues porque va a caer rendida a tus pies.

Derek: Pide la comida, están esperándola.

Mickie: Escucha, tienes tres días, el sábado hay que actuar ya.

Derek: De acuerdo (les dan la comida).

Mickie: Solo tú y yo lo sabremos.

Regresan y se ponen a recordar cuando estaban todos juntos lo que hacían, las actividades que hacían, y lo bien que se lo pasaban, cuando no había altercados, mientras comen.

A las 22:00 cuando Sámuel llega a su casa, encuentra a su madre en el salón, con una maleta pequeña y con cara de preocupación.

Samuel (le da un beso a su madre): ¿Quien se va?

Madre de Samuel: Cariño.

Interrumpiendo aparece el padre.

Padre de Samuel: Ah ¿ya estás aquí? ¿Qué c*** es esto?

El padre de Samuel le enseña una foto y una carta escrita por el propio Samuel y para éste es como si se le estuviera cayendo el mundo encima en ese preciso instante.

Padre de Samuel: ¿Me quieres decir qué haces tú con ésto?

La foto es de un hombre.

Samuel: Has entrado en mi cu, ¿Desde cuándo entras en mi habitación sin mi permiso?

Padre de Samuel: Desde que vi esto en el despacho, responde qué haces tú con esto (el padre sulfurado)

Samuel: Es de una amiga, se lo dejaría aquí.

El padre de Samuel enseñando y zarandeando la carta enfrente de la cara de su hijo.

Padre de Samuel: Es tu letra, no me mientas j****, escucha hijo (intentando relajarse) tú y yo siempre hemos podido hablar

Samuel: No papá, nunca hemos hablado, eres tú el que me contaba cuánto odias a unos…, a los otros…, y por qué hay que acabar con todos ellos.

Padre de Samuel: ¡Bueno, mira, me da igual ¿Ésto es tuyo?!

Samuel: Papá.

Padre de Samuel: ¡¡¿Lo escribiste tú?!!

Samuel: Sí.

La cara de su padre se transforma y ahora Samuel ya no es su hijo; el hombre coge la maleta, el padre quiere hacerle la gran pregunta.

Samuel: Sí, papá, lo soy.

Padre de Samuel: ¿Sí? Pues (se acerca y le agarra del brazo con dureza y diciendo con total serenidad pero con mucha fuerza e intensidad) Vete, vete de esta casa (todavía agarrándole le está llevando hacia la puerta) y no vuelvas a pisarla en tu vida, jamás (abre la puerta y tira la maleta fuera) Me da igual que te vuelvas normal, no te quiero en esta casa.

Samuel: ¿Cómo te sientes al saber que tu hijo se ha convertido en todo lo que odias? ¿En tu peor temor?

El padre de Samuel empuja a éste hacia fuera de la casa.

Padre de Samuel: Lárgate de mi vista.

La madre se acerca a Samuel.

Madre de Samuel: Toma cielo (le da una bolsa con comida) ya sabes que se le pasará, y podrás volver.

Samuel: No voy a volver.

Madre de Samuel: ¿Cómo dices?

Samuel: Ya lo has oído.

Madre de Samuel: Samie, hijo, ¿cómo no vas a volver?

Samuel: Te quiero

Samuel coge la maleta. Es la segunda o tercera vez que Samuel le dice eso a su madre y lo dice de verdad.

Madre de Samuel: ¡Sam!

Samuel coge la maleta y empieza a caminar, a irse.

Madre de Samuel: ¡Vuelve aquí! ¡Ni se te ocurra hacerme eso! (Sam deja así a su madre, llorando, y se aleja con determinación).

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