Un 17 de Febrero de 2001, los 7 amigos están sentados en un salón de algo que antaño fue una cárcel, era una sala donde descansaban en el pasado, los carceleros, los funcionarios de las instituciones penitenciarias. Estos amigos estaban sentados alrededor de una chimenea, acomodados por cojines, algunos tumbados o recostados en otros miembros del grupo.
Tres de ellos están liándose unos porros, dos ya van por su cuarto y quinto vaso de whisky, uno está haciéndose una raya de cocaína y otro es el que no está haciendo absolutamente nada.
Han convertido ese lugar en algo propio, suyo, todos los días si pueden se pasan más de tres horas en ese salón, suelen verse casi todos los fines de semana, quedándose a dormir ahí en las mismas camas que tuvieron los funcionarios internos. Cuando alguno ha tenido una disputa familiar, y no quiere quedarse en su casa, suele quedarse ahí.
Es el único sitio que saben que de seguro alguno de ellos va a estar ahí. Ése era un día de melancolía, de recordar y pensar, hacía ya dos meses que habían empezado las luchas callejeras interraciales y estos amigos decidieron no participar en esas luchas aunque sus familias estuvieran involucradas, siguieron quedando aunque ya no era lo mismo, dejaron de quedar cuando salió malherido uno de la peña, fueron a visitarle algunas veces pero nunca hablaban de lo que realmente está pasando en el barrio, parecía que todos querían evadir e ignorar el hecho de sus circunstancias de vida actuales. Ni admitir que estaban involucrados siendo víctimas de su entorno social, por las luchas. Los amigos siguieron viéndose, con menor frecuencia, intentando evadirse por si alguno sacaba el tema, y hace poco más de una semana que han vuelto a reunirse.
Dereck: Qué putada que esté en el hospital Darien: ¿Visteis el tajo que tenía? El puto gran cañón
Damien: No digas tonterías
Rickie: Van a decir que fue accidental, porque llevaba un moco… y dirán algo como que él mismo pudo hacérselo sin saber cómo, o que se lo inventó. No quieren meter a los narcisos en esto porque la comisaría está llena de ellos.
Rickie: Me refiero a las bandas callejeras, a, como lo llaman ellos, los pequeños delincuentes suburbiales.
Uno, Samuel, se levanta y enciende una antigua tele pequeña que habían llevado ahí hace tiempo y conectado a una PlayStation 2 de Segundamano.
Annie: Joder, qué hambre tengo
Damien: Venga, vamos a pillar algo para zampar (todos ponen caras serias, saben lo peligroso que es salir a la calle)
A partir de las 19:00 de la tarde se convierte en una auténtica aventura salir a la calle y un milagro llegar al destino intacto.
Dereck: Voy a comprar algo (uno le ofrece una pastilla a otro que la niega)
Mickie: Yo te acompaño (porque hace tiempo que quiere hablar con él a solas, para no preocupar más a la peña)
Dereck: Pero no seáis gumias porque estoy sin blanca
Snake: Tú y todos
Damien: Dos (se medio ríen los dos)
Dereck: Si, nos vamos o qué
Dentro.
Rickie: Da asco, se te quitan las ganas de comer. De meterte nada. El Fredy en el hospital y fijaos en cómo están las calles y los mierdosos esos qué dicen que ayudan a la gente están en sus casas follandose a sus putas y nos van a inculpar a los niños de la calle.
Damien: No digas jilipolleces
Rickie: Abrid los ojos. Aunque no queramos meternos acabaremos involucrados intentando sobrevivir
Snake: Cállate Rickie
Rickie: Acabaremos todos, o en cárceles condenados de por vida por asesinatos, o crímenes que no hemos cometido, o en la UCI por habernos llevado la paliza de nuestra vida por intentar hacer algo, o muertos por intentar sobrevivir.

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