Capítulo 4.
Una hora y media después cuando los últimos invitados hacía ya un rato que ya se habían ido, los dos hombres ya se han cambiado de ropa, ya se han puesto ropa de dormir.
La lámpara encendida es la única luz que les acompaña.

Julian Macault
Yo que tú pasaría de plantearle nada al señor G, no tiene pinta en absoluto de ir a invertir en nada, aunque, se lo pueda permitir. De todas formas tendría que ser algo pequeño y nada extravagante.
Héctor Kent
Qué fuerte ¿no?
Julian Macault
Hombre, es normal teniendo en cuenta que los beneficios le han bajado un 13%, está haciendo recorte de personal y que le tiene que quedar un poco para no sentirse ahogado… es normal que se invierte sea poco y apostando seguro.
Héctor Kent
No, el embarazo ¿no te parece muy fuerte?
Julian Macault
Es una manera muy ruin para conseguir dinero pero bueno siempre ha habido gente así.
Héctor Kent
Nunca nos ha pasado.
Julian Macault
Eso es porque pensábamos que le caíamos bien a todo el mundo y al parecer no es así. Habrá sido una oportunidad de conseguir dinero fácil.
Julian Macault
Estará desesperada ¿Y qué vas a hacer?
Julian Macault
Nada, mañana llamaré a mi madre y que lo solucione ella, y ya me contará después.
Héctor Kent
¿Cuándo has podido dejar embarazada? ¿En sus sueños?
Julian Macault
¿Te imaginas? que sea una fan obsesionada conmigo, que ha deseado siempre tener un hijo mío.
Héctor Kent
Venga ya, y qué más.
Julian Macault
Que haya soñado tantas veces conmigo, que ya se lo cree.
Héctor Kent
No te lo creas tanto.
Julian Macault
Que se haya imaginado estando conmigo.
Héctor Kent
Todos los días, que ha interpretado escenas de amor contigo en la intimidad de su casa.
Julian Macault
¿Qué pasa? Hay gente a la que le ocurre, ¿y por qué a mí no?
Héctor Kent
Eres un flipado.
Julian Macault
No, no, no. No subestimes mi alcance. A ti lo que te pasa es que hubieses querido que estuviera preñada de ti. Que fuese una llamada para ti.
Héctor Kent
Sí, claro. Cierto, cierto, me has pillado.
Capítulo 5º
13 de marzo de 2006, Julián Macault normalmente ejerce sus labores profesionales desde su domicilio, a veces hace inspecciones por todos sus centros de oficio, y normalmente es él el que se encarga de acudir a la reuniones, y aprovechando que tiene una reunión a las 10.

Tras dicha reunión a las 11:30 va a la editorial de la que él es fundador y director jefe va directo, tras saludar a unas cuantas personas por el camino, al despacho de Héctor Kent.
El que como de costumbre, no está en él, pues se pasa el día de oficina en oficina, de sala en sala trabajando, no tiene por costumbre parar mucho en su despacho. Julián Macault se sienta en el sillón de terciopelo azul y marca un número de teléfono.
Mamá Macault
Hola cariño.
Julian Macault
Bueno mamá.
Mamá Macault:
Os pifiamos la velada
Julian Macault
Oh, no, no te preocupes. Nuestros invitados están, bien, igual que nosotros. Ahora explícame dónde está la cámara oculta.
Mamá Macault
No veas tu padre, entre el contento y el disgusto está
Julian Macault
Me lo imagino, él siempre tan melodramático.
Mamá Macault
Mac hijo ¿Tienes algo que decirme?
Julian Macault
No, mamá, me sorprende que te preocupe.
Mamá Macault
Antes de nada cielo ¿Me estás tomando el pelo o en serio no sabes de quién te hablo?
Julian Macault
No, mamá, no sé quién es, estoy seguro de que no la he visto en mi vida. No la conozco ¿Vale? No sé quién es.
Mamá Macault
¿En serio no recuerdas a Mona?
Julian Macault
Pregúntala cuánto quiere, para salir del apuro, y ya veré si se lo doy
Mamá Macault
Mamá Macault
La conoces
Julian Macault
Mamá Macault
Julian Macault
Habla tú con ella, estaré de acuerdo con cómo lo solucionais, luego me llamas y me lo cuentas.
Mamá Macault
No sé qué manía tienes con no querer parar más de 2 días en este pueblo, no sé qué demonios tienes con tu pueblo que desde que te marchaste se te pone mal cuerpo si piensas en volver.
Julian Macault
No voy a ir. Sabes que soy un hombre tremendamente ocupado.
Mamá Macault
Vas a tener que venir. No puedes dejar esto así. Si no vas a hacer nada con lo de Mona al menos hazlo por mí.
Julian Macault
Tengo trabajo ¿vale? No puedo irme cada vez que me eches de menos más que de costumbre
Mamá Macault
Mac.
Julian Macault
Mamá no puedo abandonar mi trabajo.
Mamá Macault
No te justifiques. Eres dueño y señor de todo lo que posees, puedes permitirte faltar, si quieres un mes, y seguirías nadando en dinero. Tus tataranietos serán enterrados en un cementerio hecho única y exclusivamente de dinero. Así que no me fastidies, te estoy pidiendo que vengas a visitar a tu madre, a tu familia.
Julian Macault
No tengo tiempo. No, mamá, no.
Mamá Macault
Se lo debes.
Julian macault
No la debo nada
Mamá Macault
Pues me lo debes a mí.
Julian Macault
Oh, venga ya, j****. ¿Qué pretendes a ver mamá? Dime ¿qué pretendes? ¿qué mosca te ha picado ahora? Tengo que trabajar ¿vale? No tienes ni idea de cuántos compromisos tengo al día, para que mis descendientes sean enterrados en dinero
Mamá Macault
A mí no me eches tus sermones. No, Mac, no. Vendrás, es lo mejor, para todo esto.
Julian Macault
Mamá Macault
Mac ¿no ves que es lo mejor?
Julian Macault
No ¿vale? No. Te quiero, pero no.
Esa noche a las 21 Julian Macault sale de darse un baño, tiene el pelo mojado y chorreando igual que el resto de su cuerpo, con una toalla larga atada a la cintura se dirige a la cama, con otra toalla secándose y un libro en la otra mano leyendo.

Héctor Kent
Bueno ¿qué dijo tu madre?
Julian Macault
Que vayamos
Julian Macault
Y ya sé lo que voy a hacer, mira nos llevaremos a los mismos reporteros, que graben todo el proceso. Que se vea que sigo siendo el mismo, que sigo sin querer esconder nada, que esa tía es una arpía, una buscona, una mentirosa vamos.
Héctor Kent
(Esboza una sonrisa, de estar respetablemente de acuerdo) Hasta mañana
Julian Macault
Tengo algo que darte
Héctor Kent
(Preocupado) Qué (Julián Macault le da un pico)
Julian Macault
Hasta mañana (Y se pone a leer)

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