Cortos de Tinta: La Buena Hija (I)

Prólogo

3 de junio de 2019.

Un joven rubio, alto, con ojos azules, unos 75 m de altura, unos 80 kg, lleva unos pantalones formales beige, una sudadera también formal gris y un abrigo de vestir. De unos 28 años, sale de una empresa de asesoría jurídica acompañado de un señor de unos 65 años con el pelo canoso y medio largo, con una barriga incipiente y 100 kg de peso con 1,80 m de altura.

Paco: ¿Y ya está?

Patxi: Sí, papá ya está.

Paco: Vale, bueno, anda, ahora comiendo se lo explicas a tu madre.

Patxi: Papá, no me, no me, rayes ¿vale? no la líes.

Paco: Si no digo nada hijo anda, vamos.

Están parados en frente de dos coches un Hyundai Creta y un Mazda.

Patxi: No, papá.

Paco: (Extrañado) ¿Quieres ir en el tuyo?

Patxi: Que no, es que no voy a ir, no puedo.

Paco: (Serio, con el semblante cambiado ya) Hace más de un año, que tu madre no te ve.

Patxi: Ya, no es eso, es que os dije que el domingo Nerea si puede venirse a comer.

Paco: Claro, hace mucho más que no te vemos sin Nerea, como Nerea no puede venir hoy… 

Patxi: Pero qué es esto ¿Qué pasa, ahora? Si nunca me has dicho nada, ni tú, ni mamá, ¿A qué viene esto ahora? Además yo os veo a mamá y a ti igual.

Paco: Ese es el problema, que tú lo ves así, y lo crees así, y no te has parado a aprender nada. Tu madre y yo no somos así, deja de decir tonterías. Tu madre sabe quién soy, y se lo digo, ¿tú haces lo mismo?

Patxi: Bueno, no te metas, además, tampoco es eso. Es que ya había quedado para jugar al baloncesto.

Paco:(silencio) Vale. Ten cuidado con la rodilla.

Patxi: (Abre el coche, abre la puerta) Dile a mamá que lo siento (Paco asintiendo) dale un abrazo de mi parte.

Paco: Llámala tú mismo y díselo (el padre se mete en el coche arranca y se va).

Capítulo I: Cría Cuervos

Mientras Patxi está conduciendo le llega un mensaje de voz, maniobra en la pantalla que viene en el coche, y la voz de una mujer.

«Hola Quirri».

Al oír la voz, le da un escalofrío, un vuelco en el pecho, pone cara de sorpresa, por supuesto reconoce esa voz.

«Sí, lo sé, hace mucho que no hablamos, nada que me acordé ayer cenando con tus padres que a tí no te he felicitado, el Año Nuevo y esas cosas.

(Patxi pasa de la extrañeza, y esboza una sonrisa)

«Es que, aunque estemos todos distanciados ya, seguimos siendo amigos, así que aún puedes hablar conmigo si quieres, etc etc. venga un abrazo, y saluda a Nerea de mi parte. chaíto».

Suelta una medio risa, y da un respingo porque suena tono de llamada. Ve que es Nerea pone cara de hastío y de aburrimiento.

Patxi: Dime

Nerea: Hola cariño ¿dónde estás?

Patxi: Aquí ya, a 5 minutos.

Nerea: Recuerda que luego tienes que mirar lo del curso ese

Patxi: (Atreviéndose) Había pensado en ir a las canchas un rato.

Nerea: (Se ríe) ¿Canchas? Tu padre no te va a atender si no te formas para el siguiente cargo. Si sigues así, tu padre jamás te dejará la empresa. Ya lo has pospuesto mucho, necesitamos que te asciendan lo antes posible.

Patxi aparca delante de una señora de 30 años 1,70 m de altura, 70 kg, castaña con el pelo muy largo, lleva unos pantalones de traje oscuro, una camisa de media manga con botones clara y un abrigo corto casual gris ella abre, se dan un beso en la mejilla.

Nerea: Buenas, qué tal el día.

Patxi: Bien, no sé, normal.

Nerea: ¿Está tu padre de buen humor?

Patxi: No lo sé, le he dicho que no iba a comer con ellos.

Nerea: Ah, muy bien, cariño el domingo vamos, le llevo una tontería y ya está. ¿Algo más? ¿Qué te ha dicho tu padre?

Patxi: Pues nada más (se queda un rato pensativo) no, y (carraspea) me ha dicho que hable luego con mi madre.

Entonces ella se pone a hablar y él está absorto, con la cara un poco alegre, pensativo y esbozando una medio sonrisa.

Deja un comentario