Didie y el Asesino del Casino (2)

Buenos días Hybrids, desde Bilbao con amor y con tristeza os recomendamos esta audiolectura, que nos cuenta nuestra colaboradora M. C. Gracias.

Capítulo I

Esa mañana del Viernes 22 de Enero de 2013, se despierta como todos los días antes de que suene su despertador, con sus ojos negros profundos sin nada de sueño se levanta de su cama de 1`50 con sábanas de seda grises, se ducha en su baño de 70 m2 y suelo de piedra gris oscuro con una bañera y una ducha de hidromasaje, escuchando música de la radio incorporada.

Desayuna en su cocina de 50 m2 con paredes grises, viendo las noticias en una pantalla plana táctil de 42′ que está incrustada en una de las paredes; se lava los dientes en un cuartito de baño de 30 m2 con suelo de pedrería diversa donde se vuelve a peinar su cabello pelirrojo corto a capas irregulares, y antes de salir de su casa como si de un paseo se tratara por su salón de 122 m2 con suelo de pedrería oscura y paredes de madera roja, con puertas de cristales blindados, reforzados, correderas y electrónicas que conectan con varios puntos de la casa, llena de estanterías escalonadas de cobre y hierro; da de comer a periquito, un hámster, a los pececillos, a una rana y una tortuga que comparten pecera y le deja comida al gato.

Echa un último vistazo para comprobar que todo sigue impecable, apaga las luces regulables y conecta la alarma con un mando.

Se ha puesto unos pantalones de vestir grises-verdosos oscuros, una camisa de algodón blanca con escote en uve, chaqueta de vestir gris y una gabardina verde oscuro hasta los pies, así va andando para entrar en una cafetería-tetería que está cruzando la calle de enfrente de su casa, cuando le suena el teléfono móvil.

_: Owens

_: Buenos días, me están presionando para convencerte de que te quedes.

OWENS

Entiendo que eres mi compañera y me vas a echar de menos, no lo niegues porque lo sé pero voy a dejar este trabajo, la decisión está tomada. ¿Está muy enfadada?

COMPAÑERA

Tu jefa yo más bien diría que está… triste, como todos, aunque aceptemos tu dimisión. ¿Qué tal?

OWENS

Hoy (colocándose en una fila para ser atendida) me he vuelto a despertar sin ayuda, pero he tenido un sueño muy raro, la protagonista era una chica que no era yo, aunque yo lo veía todo como espectadora y no podía actuar.

COMPAÑERA

¿No sería tu alter ego? ¿Tu representación mental de tu propia presencia física?

OWENS

No, no lo creo. Llevo semanas soñando con ella, son muy dispares en cuanto a contenidos pero similares en sensación.

COMPAÑERA

¿Qué la pasaba? A la chica, en este sueño.

Le vienen recuerdos en forma de instantáneas a la memoria.

OWENS

Sufría, como en casi todos, sufría mucho

COMPAÑERA

¿Y existe? (sonríe al dependiente indicándole que quiere un té para llevar)

OWENS

¿Cómo?

OWENS

La chica, si no es inventada, de tu mente, ¿existe? ¿la conoces?

OWENS

Podemos decir que sí

COMPAÑERA

Es raro, si quieres puedes ir a ver al Especialista

OWENS

No me hace falta, para psicoanalizarme ya estás tú.

COMPAÑERA

(Se ríe) Ya en serio, ¿quién es? Alomejor tendrías que hablar con ella ¿de quién se trata? (Obtiene silencio como respuesta) Está bien, otro tema tabú. ¿Sabes? Eres rarísima, desde fuera pareces una persona apática, introvertida, paranoica, insociable, misteriosa e incluso despiadada, pero ya me sé casi toda tu vida porque una vez que empiezas nadie puede hacerte callar, y sin embargo tienes estos momentos de temas tabús.

OWENS

¿Ves? Eres mi psiquiatra particular.

COMPAÑERA

¿Vas a venir? (La dan su pedido al fin)

OWENS

Claro, aunque podría ir más tarde o tomarme el día libre y sé que no pasaría nada.

COMPAÑERA

Hasta dentro de un rato entonces

OWENS

Hasta ahora (cuelga, caminó hasta su coche, que está aparcado en la esquina, es un A5 último modelo) Didie (Reacciona y se detiene, una chica negra acaba de pasar por su lado y habría jurado que se trata de Didie. Se da la vuelta) ¿Didie?

Tiene el pelo rizado moreno y por lo hombros recogido en una coleta de caballo, sus gafas de ver, pantalones vaqueros azules, una sudadera de manga larga fina hasta casi las rodillas crema oscuro y una chaqueta vaquera, y con 58 kilos y su 1´60 toda ella atractiva, despide sensualidad por todos su poros sobre todo porque hay tres kilos que se han repartido en unos pechos muy voluminosos y un trasero voluptuosamente potente.

Diane estaba andando con prisas por las calles del centro de la ciudad, y en un determinado momento se detuvo, habría jurado que alguien pronunciaba su nombre.

DIDIE

Solo hay una persona en todo el mundo que me llama así (Dice dándose la vuelta. Se acercan despacio la una a la otra, y a pesar de que se reconocieron enseguida están admirando los estragos que el tiempo ha hecho en cada una) No puede ser.

Se dan dos besos.

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